Por Sergio Silva Fotografías realizadas por Rocio Oroborus
El pasado 15 de noviembre, Asspera festejó los 15 años del álbum Hijo de Put4 (2010), una obra fundamental del metal bizarro argentino, un verdadero libro sagrado de composiciones pensadas para generar risa, descontrol y catarsis. La celebración tuvo lugar en un Teatro Flores colmado, cuyas puertas se abrieron puntualmente a las 19 hs.

Asspera: un fenómeno del metal argentino
Antes de comenzar con la crónica, hay que decirlo: Asspera es un fenómeno único en el mundo del metal. No solo por la calidad de sus músicos, sino también por la propuesta escénica, una mezcla de teatro, comedia tragicómica y desenfreno que genera en el público un nivel de adrenalina, fiesta y desconexión total.
No soy fan de la banda, pero es imposible no divertirse viendo lo que logran sobre el escenario: una experiencia que te abduce a otra dimensión, lejos del trajín cotidiano. Esa es la clave de su éxito: permitir a la gente desconectarse y ser parte de una comedia musical delirante.
La previa: humor inesperado antes del show
Asspera tenía programada su salida a las 21 hs, pero con mi compañera de coberturas —la fotógrafa— ya estábamos dentro del recinto desde pasadas las 19 hs junto a varios colegas. La pregunta era inevitable: ¿qué hacemos hasta las nueve?
La respuesta llegó sola. Cerca de las 20 hs, desde las sombras apareció Rubén Martínez, guitarrista de la legendaria banda Vorax de Villa Soldati. Tras una breve introducción sobre lo que se celebraría esa noche… se despachó con casi media hora de stand up.
Sí, un unipersonal sorpresa que sacó carcajadas en todo el Teatro. Fue un acierto absoluto para ir aclimatando al público y preparar el terreno para la fiesta que venía. Lo llamativo fue que hubo una suelta de globos y al que lo explotaba le gritaban «Hijo de Put4, Hijo de Put4» provocando risas interminables.

21 hs: Asspera en su máxima expresión
A las 21 hs en punto, el plato fuerte irrumpió en escena: Asspera en toda su plenitud, ante un Teatro Flores totalmente lleno.
Primera parte: Hijo de Put4 completo
El primer tramo del show fue la interpretación completa de Hijo de Put4, donde sonaron temas como: “Hijo de Put4”, “Gambeta”, “Ni la Pija te Queda, Hermano”, «El Hijo de Cuca” —el célebre cover de Pocho La Pantera
Entre canción y canción, la puesta teatral fue protagonista, incluyendo la aparición de un dinosaurio que “sobrevivió a la extinción” y que hizo de las suyas en el escenario, aportando el típico humor absurdo de la banda.
Al finalizar el álbum, los músicos se retiraron. ¿Había terminado? No. Las pantallas anunciaron lo que muchos esperaban: la segunda parte, dedicada a los clásicos de Asspera.

Segunda parte: clásicos, invitados y pogo descontrolado
La banda regresó con una catarata de clásicos, entre ellos: “Viaje al Centro de la Verga”, “Maroleo” con Emiliano Obregón (Lörihen) como invitado. En “Maroleo”, Richar Asspero hizo su papel de Moisés: dividió al público en dos sectores y, tras las frases “Maroleo le da sabor a tu vida, Maroleo está desde el comienzo del día”, estalló un pogo descomunal que movió todo el recinto.

Covers que encendieron la noche
La fiesta siguió con versiones inesperadas y celebradísimas por el público: “Ahora te Puedes Marchar” (popularizada por Luis Miguel), “Lloviendo Estrellas” de Cristian Castro.
Luego subió Walter Meza (Horcas) para interpretar “La Pachanga” de Vilma Palma e Vampiros. Y, como ocurre cada vez que aparece Walter, el público comenzó a pedir “Destrucción”. Pedido concedido: sonó el clásico de V8, provocando un delirio total.
Cierre a pura euforia
El final llegó con “Pogo al Corazón”, dejando un clima de euforia absoluta y un Teatro Flores rendido ante otra noche épica de Asspera, donde humor, metal y descontrol se combinaron para celebrar como corresponde los 15 años de un álbum icónico.

Agradecemos a Gaby Sisti y al señor Pablo Noguera por la acreditación al show.
Sergio Silva
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Rocio Oroborus
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